‘Ino Moxo’, del Grupo Integro, y dirigida por Oscar Naters, es la obra ganadora del Programa Residencia Danza 2014 – Gran Formato, convocado por la Gerencia de Cultura de la Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de la Subgerencia de Artes Escénicas e Industrias Culturales. Esta obra se presentó en el Teatro Municipal de Lima, en el marco del FAEL 2014, entre el 13 y el 16 de noviembre.
‘Ino Moxo’ es un montaje de danza contemporánea – entendiendo a ésta como una forma escénica que trasciende al uso del movimiento – construido a través de la multidisciplina artística y la presencia de diversos soportes.
Esta obra toma como punto de partida la novela de Cesar Calvo ‘Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía’. De de ella recoge – sin pretender ser una representación literal o dramática – el carácter místico, ritual y fabuloso de sus narraciones; además de hacer uso de diversos elementos, tradicionales y contemporáneos, del imaginario amazónico.
‘Ino Moxo’, desde el inicio, interviene sensorialmente al espectador. La combinación de sonidos de la naturaleza y cantos amazónicos – sumados a una estupenda ambientación sonora – acompañan al impacto visual que producen las imágenes proyectadas sobre una transparencia – de tamaño monumental – ubicada al borde del escenario. Esta última, además de ser un espacio de proyección, genera un ambiente de extrañamiento y fascinación al mostrar, ocultar y poner a distancia las acciones que ocurren tras ella – es decir, dentro del escenario -.
La puesta en escena propone una estructura conformada por diversos cuadros o momentos, los cuales son alternados con la proyección de textos.
Cada cuadro contiene su propio universo de composición a nivel visual, espacial, audiovisual y lumínico; lo cual genera diversos estímulos y asociaciones. Es así que, al contar con la presencia y combinación de elementos escénicos – aunque sería más conveniente usar el término ‘performáticos’ – plásticos y sonoros, que remiten al imaginario amazónico, se le brinda al espectador herramientas para que realice sus propias asociaciones y construya su personal lectura del espectáculo – pudiendo dicha lectura estar basada en situaciones concretas y/o enigmáticas -.
Los textos proyectados transcurren entre lo poético, lo mítico y la denuncia. Su presencia cumple, indistintamente, el rol de generar asociaciones y de contextualizar. Este último término – ‘contextualizar’ – no implica narración o explicación, ya que los textos no pierden su vínculo poético con lo que sucede en escena. Su uso está más cercano al hecho que, en ocasiones – y de manera similar a lo descrito en el párrafo anterior – la relación entre un cuadro y el texto que lo precede es más inmediata; y en otras, más compleja. Y es que, cada elemento de la puesta en escena está en permanente viaje entre lo concreto y lo poético.
Además de los textos mencionados, ’Ino Moxo’ utiliza las proyecciones de video en la mayor parte del montaje. Así, se compone un espacio visual constituido por elementos que hacen referencia a la cultura amazónica y al ayahuasca; tanto en representaciones tradicionales – tejidos y tramas -, contemporáneas – psicodelia amazónica – y míticas – la serpiente -.
Cabe mencionar que las texturas y movimientos de los videos permiten develar y ocultar, de forma simultánea, las presencias que ocupan el escenario.
Eso lleva a mencionar que en ‘Ino Moxo’ los cuerpos de los intérpretes son usados como presencias y energía puesta en acción. El montaje no apela a la destreza física de los actuantes, sino a su capacidad de ocupar el espacio y accionar; no recurre a la proyección del movimiento del bailarín, antes que eso se apoya en la dilatación de la energía del intérprete. Es así que los cuerpos y sus acciones son piezas de una estructura, partes de un engranaje que le brinda igual importancia a cada elemento de la puesta en escena.
Pese a lo dicho, cabe señalar que uno de los intérpretes cumple un rol que atraviesa y une a los lenguajes y símbolos propuestos a lo largo del montaje. Y es que la presencia de un hombre interpretando Ícaros amazónicos le otorga a su performance múltiples sentidos escénicos, artísticos y de contenido; además de unirse y dialogar con la arquitectura sonora compuesta por composición electrónica y ambientaciones sonoras.
Así, recurriendo a los elementos mencionados en los párrafos anteriores, ‘Ino Moxo’ arriesga a ser una propuesta sensorial que invita al espectador a dejarse sorprender y a asociar libremente a través de diversos estímulos vinculados a la cultura amazónica. De esta manera, el espectador es parte de un viaje en el cual es su responsabilidad recibir y reconstruir los sentidos de la obra.
Sin embargo, tomando en cuenta que no es común en la escena local la presencia de espectáculos que apelen a la sensorialidad y que busquen un espectador activo. Asumiendo, además, la posibilidad que para algunos espectadores sea necesario contar con algún conocimiento sobre los contenidos de esta propuesta escénica. Se debe mencionar que la ausencia de información previa puede haber afectado a algunas personas del público. Y, si bien este tema está más cerca de la producción del evento – en el FAEL 2014 no se entregaron programas de mano de los espectáculos – que de las responsabilidad de la puesta en escena, esta crónica no puede exonerar su mención.
‘Ino Moxo’ propone un ritual escénico contemporáneo. Si bien su estructura – alternancia entre textos y cuadros – se expone al riesgo de generar cierta predecibilidad rítmica – por la similitud de las proporciones de tiempo y de la energía de los intérpretes – y, con ello, a la pérdida de interés; la sensorialidad que propone la obra, desde el inicio, invita a aceptarla tal como es.
Este montaje expone una trama entre distintos lenguajes artísticos, ofreciendo la experiencia de estar ante una obra que se desplaza con destreza entre las fronteras de las artes plásticas – por visualidad en el uso de espacios, imágenes, elementos, presencias -, musicales – cantos, música, ambientes sonoros – y escénicas – presencia, movimiento, acción -.
‘Ino Moxo’ reta al espectador, tanto a ser parte de un viaje sensorial como a ser un receptor activo. Y si bien esta afirmación podría parecer contradictoria; el constante viaje entre lo concreto y lo poético – lo simbólico y lo onírico, lo abstracto y lo icónico – en cada uno de los lenguajes y elementos que componen el montaje, permite concluir que esta obra de Íntegro hace de las supuestas contradicciones un tramado que se enrosca – cual serpiente o enredadera – entre sus opuestos…para así poder avanzar.
Dirección: Oscar Naters.
Coreografía: Ana Zavala, Oscar Naters.
Performers: Ana Zavala, Gonzalo del Águila, Marisol Otero, Rawa, Francesca Sissa, Samuel Dávalos.
Icaros: Rawa.
Música: Santiago Pillado, Omar Lavalle, AndiTeichmann.
Video y animación: Juan Carlos Yanaura.
Iluminación: Oscar Naters, Chacho Guerra.
Instalación: Rafael Freyre
Vestuario: Ana Teresa Barboza.