‘Salir’ es una obra teatral escrita y dirigida por Daniel Amaru Silva, y codirigida por Rodrigo Chávez. Esta puesta en escena se presentó en el auditorio de la Alianza Francesa de Miraflores entre el 19 de noviembre y el 4 de diciembre. Cabe mencionar que ‘Salir’ fue una de las obra premiadas por el Festival ‘Sala de Parto’ en la edición del año 2013.
Este montaje parte de una anécdota sencilla: un escritor es atendido en un hospital por un mal recurrente producto de la debilidad de sus costillas. El personaje espera que sea un chequeo de rutina, pero se ve obligado a internarse. Esto termina siendo un pretexto para un viaje en el tiempo, en el cual el protagonismo de los recuerdos del personaje es compartido entre el vínculo con sus amigos de la infancia y la relación fallida de sus padres.
La forma en que está compuesto el texto guía al espectador por tres líneas temporales. Una de estas líneas muestra el tiempo ‘real’ del personaje durante su internamiento. Aquí se observa su relación con unenfermero y la doctora a medida que le van informando acerca de su estado de salud. Por otro lado, se expone el vínculo con sus dos amigos de la infancia; y cómo esta relación se fortalece y muta en los tiempos de la adolescencia, la juventud y la primera adultez. Finalmente, se muestra la relación de – y con – los padres; de tal manera que se aprecia la crisis matrimonial y como esta afectó la relación existente entre los tres miembros de la familia.
En cuanto a la puesta en escena, ‘Salir’ presenta a los 5 actores/personajes (*) ubicados en puntos específicos del espacio. Cada uno de ellos se encuentra sentado en una banca dando la espalda a la platea. Desde esa posición se propone una convención muy sencilla y efectiva: cuando al actor/personaje le corresponde participar en una escena gira sobre su sitio y se coloca en posición frontal al público. Es desde esa nueva posición que interpretará sus parlamentos.
Debe mencionarse que esta forma de exposición/interpretación de los actores/personajes plantea en la sensibilidad del espectador un vínculo más cercano con el personaje. Y es que, en muchos momentos de la obra, la mencionada frontalidad puede resultar confesional. Además de ello, la claridad de la convención, sumada a la ausencia de utilería, decorados y traslados, potencia el ritmo de la puesta en escena y facilita la comprensión en los saltos de tiempo que propone la dramaturgia.
Puede afirmarse, entonces, que la puesta en escena propone una forma en la cual la atención del público y la acción de los actores se concentra en el texto dramático y la sonoridad que su interpretación ofrece.
Este texto destaca por su dinamismo en los momentos de las relaciones conflictivas -el personaje con la madre, la esposa, el enfermero y la doctora; además de la relación entre los padres-, donde la ironía, los juegos de palabras y cierta clave poética en el manejo del conflicto complementan la construcción de las escenas. Sin embargo, puede resultar excesivamente retórico en los momentos donde se suscitan reflexiones personales o en ciertas conversaciones altamente expositivas. Y, si bien esto podría traer como resultado una combinación rítmica interesante, termina agotándose como recurso.
Este agotamiento se hace más evidente luego de que se devela el estado de salud del personaje -aquejado de una grave enfermedad-. Y es que, hasta ese momento, la obra venía alternando información diversa sobre el personaje: sus actividades, su salud, la relación con sus padres -divorciados, el padre se suicida poco después- y la relación con sus amigos -se conocen desde niños, estuvo casado con su mejor amiga; quien se encuentra comprometida con su mejor amigo-. Pasado este momento, ‘Salir’ continúa en sus tres líneas temporales ofreciendo información que resulta complementaria; pues ésta permite al espectador terminar de ‘armar’ la historia del personaje, pero que carece de acción.
‘Salir’ propone una puesta en escena sobria y minimalista. Su austeridad en utilería y escenografía potencia la dinámica que el texto dramático plantea. Asimismo, una iluminación tenue -y con matices entre la luz frontal y las sombras marcadas- acompaña y guía los cambios de tiempo. La convención teatral es intimista y propone un estilo confesional. Asimismo, concentra la atención en el texto dramático y su sonoridad; otorgando, por momentos, una rítmica sonora más que atractiva. Cuenta con un equipo actoral solvente en el manejo del estilo que la convención propone; destacando especialmente la interpretación del protagonista -quien propone un cuidado desarrollo corporal a los diferentes momentos del personaje-.
Sin embargo, la obra tiende a decaer después de haber develado su conflicto principal -el estado de salud del protagonista y su relación con los otros personajes-, decantando en momentos excesivamente retóricos y con carencia de acción; lo cual pone al montaje en riesgo de caer en una redundancia rítmica.
‘Salir’ apuesta por el riesgo en un montaje poco convencional para la escena limeña. Y, si bien presenta algunas debilidades mencionadas líneas arriba, consigue sostener al espectador a través del planteamiento eficiente del universo del protagonista y de un sensible manejo del drama familiar.
(*) Se usa el término ‘actor/personaje’ tanto por la neutralidad y sobriedad que presenta la propuesta como por el hecho que los cambios en los personajes son sutiles y pasan por detalles mínimos -como los del padre/enfermero, la madre/doctora o las diferentes edades del protagonista y sus amigos-.
(**) Foto tomada de aquí.
Dirección: Daniel Amaru Silva, Rodrigo Chávez.
En escena: Carlos Mesta, Evelyn Ortiz, Nicolás Fantinato, Óscar Meza, Alexa Centurión.
Dramaturgia: Daniel Amaru Silva.
Vestuario: Jazmín Perea.
Arte: Aarón Rojas, Blanca Martínez.
Iluminación: Cesar Fe.
Producción General: Soma Teatro, Sala de Parto.
En escena: Carlos Mesta, Evelyn Ortiz, Nicolás Fantinato, Óscar Meza, Alexa Centurión.
Dramaturgia: Daniel Amaru Silva.
Vestuario: Jazmín Perea.
Arte: Aarón Rojas, Blanca Martínez.
Iluminación: Cesar Fe.
Producción General: Soma Teatro, Sala de Parto.