Concluyó exitosamente la Temporada internacional de coreógrafos, Primera temporada 2016 del Ballet Nacional del Perú 2016, presentada en el Gran Teatro Nacional del Ministerio de Cultura.
El programa estuvo compuesto por tres obras de gran formato que muestran distintas maneras de acercarse al hecho escénico y al movimiento. ‘As above so below’, del norteamericano Mark Godden; ‘Silent prayer’, del cubano-español Pepe Hevia; y ‘El beso’, del español Gustavo Ramírez Sansano.
En ‘As above so below’, Godden aborda el tema del amor a partir de la construcción de dos tipos de pareja. Una, asociada al imaginario del amor romántico; la otra, más cercana a la sensualidad. Ambas parejas, una vez expuesto su carácter particular, son parte de un diálogo coreográfico desarrollado por un elenco numeroso. Ello genera la creación temporal de múltiples nuevas parejas.
De esta manera, la evolución coreográfica propone, en la permanente alternancia de relaciones y la paulatina transición de estilos de movimientos, una reflexión acerca de las numerosas posibilidades del encuentro de pareja/amor y lo relativo de las decisiones que se toman.
Godden, como director, organiza su reparto de manera eficiente. Pues, si bien los roles protagónicos son – como suele suceder en el ballet – interpretados por algunos de los bailarines con mayores cualidades técnicas, en la interacción de éstos con el resto del elenco no se aprecian desfases ni se exponen las diferencias de manera inadecuada.
‘As above so below’ consigue ser una obra densa y, a la vez dinámica. Construye atmósferas y cuadros a través de un inteligente uso de los elementos técnicos que ofrece un espacio como el Gran Teatro Nacional – especialmente en la iluminación -. Y, pese a que la extensión de la música invita a cierta redundancia en la construcción coreográfica – especialmente hacia el final de la pieza –, logra concretar una obra sólida, profunda y entretenida.
Pepe Hevia, en ‘Silent prayer’, propone un universo onírico donde se manifiesta el conflicto entre lo natural y lo tecnológico. Para ello se vale de un espacio escenográfico compuesto por la presencia monumental – en el fondo del escenario – de una proyección de video con contenido abstracto; el cual se aprecia de manera parcial debido a la existencia de una escenografía que, compuesta por portales, fracciona la visibilidad del video y reduce la profundidad del espacio escénico.
Estos elementos son complementarios a una coreografía fragmentaria, que replantea permanentemente la disposición en el espacio – siempre por delante de las estructuras escenográficas – y la propuesta de vestuario.
Es así que, a partir de los planteamientos estéticos de la escenografía, el vestuario y el video arte – complementados por la composición en el espacio escénico – el foco de la pieza se sustenta en la belleza de los elementos plásticos de la puesta en escena, y coloca al discurso coreográfico en segundo plano.
Esto último se puede apreciar en los problemas de ritmo que ‘Silent prayer’ presenta. O en la poco cuidada distribución de roles, situación que pone en evidencia las diferencias técnicas entre algunos bailarines.
‘El beso’, de Gustavo Ramírez Sansano, aborda de manera lúdica el acto de besar. Para ello recurre a un lenguaje ecléctico de movimiento, a la composición de coreografías de ritmo dinámico y al uso de elementos del humor. Dichas características consiguen constituir una atmósfera de carácter festivo, jovial y fresco.
Sin embargo, durante varios momentos la pieza padece de falta de limpieza en el desarrollo de las coreografías corales. Esto, probablemente se deba al ritmo acelerado de muchas escenas y a la gran cantidad de movimientos fragmentarios que éstas requieren; lo cual no puede considerarse como un atenuante para una compañía de carácter profesional.
Esta programación de la Primera temporada 2016 del Ballet Nacional del Perú, diversa en sus estilos, estéticas y lenguajes de movimiento, permite apreciar los significativos avances que viene desarrollando esta institución. Pues, más allá de acotaciones – como las planteadas anteriormente – a las que toda obra artística está expuesta, la Temporada internacional de coreógrafos nos muestra a una compañía que arriesga, propone diversidad temática y estética, reta a su elenco a nuevas búsquedas y ofrece espacios para el diálogo e intercambio con otros artistas y referentes de la danza.
Asimismo, vale destacar el importante esfuerzo de producción y el oportuno aprovechamiento de los recursos técnicos que ofrece un espacio como el Gran Teatro Nacional.
Finalmente, en tanto el Ballet Nacional es la institución que opera como ente oficial del arte de la danza en el país, es importante constatar que, sin perder sus referentes tradicionales – como la danza clásica y neo clásica -, apueste por una mirada amplia respecto a su quehacer escénico.
(*) Imagen tomada de aquí.
(**) Más información sobre el Ballet Nacional del Perú aquí.
(**) Más información sobre el Gran Teatro Nacional aquí.
Ballet Nacional:
Dirección artística: Jimmy Gamonet.
Coordinación artística: Olga Shimasaki, Ivette González, Marina Verdeguer, Roberto Murias.
Elenco: Grace Cobian, Rina Barrantes, Gabriela Paliza, Carla picón, Evelyn Cancino, Carolina Vigil, Irene Meza, Marina del Mar Llontop, Michelle Gereda, Henrriet Chenet, Gessell Izaguirre, Sandra Noria, Dalia Millán, Estefanía Rey, Diana Makino, Sandra Cavana, Úrsula Rey, Fanny Rodríguez, Cecilia Gonzales. Alfredo Ibañez, Ariam león, Keny Murias, Damián Villa, Miguel Brugos, Diego Milla, Juan Pablo Rodríguez, Ricardo Falcón, Abel Reyes, Rubén Jaramillo, José Antonio Villalta, Mario Mendoza, Fabián Zarzuri, Jesús Luzuriaga, Carlos Zúnico, Diego Moreno, Paulo Nieto, David Escalante, Luis García, Carlos Fernando Díaz, Ignacio Díaz.
Producción: Paola Barrenechea.
Diseño de iluminación: Pierre Lavoi, Mario Raez, Gustavo Ramírez Sansano.
Diseño y realización de video: Yitzhak Fowks.
Diseño de vestuario: Paul Daigle, Pepe Hevia, Gustavo Ramírez Sansano.
Diseño de escenografía: Pepe Hevia, Luis Crespo.
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