Entre el 27 y el 30 de octubre se presentó ‘Tito’, la cuarta puesta en escena del XIII Festival de teatro peruano norteamericano organizado por el ICPNA.
Este montaje, dirigido y escrito por Sebastián Eddowes y Gean Pool Uceda, toma como referencia y reinterpreta a ‘Tito Andrónico’ de William Shakespeare y lo contextualiza dentro de una dictadura latinoamericana.
‘Tito’ varía ligeramente los nombres de algunos personajes del texto original, y conserva parte de sus peripecias, para presentar la lucha de dos personajes antagónicos por el control total del poder político de un país; el cuál solo será accesible destruyendo a su enemigo.
El contexto donde se desarrolla esta pugna es expuesto, al inicio del montaje, por tres actores que conforman un coro. Estos personajes informan al público, valiéndose de la narración y la interpretación, sobre la enfermedad y muerte del dictador de una nación; y cómo esta situación plantea un nuevo escenario político en el país.
Así, el hijo del dictador se ve obligado a proponer la idea de un gobierno de concertación que facilite el paso hacia la democracia. Para ello organiza una junta de gobierno que incluye a dos rivales irreconciliables: el principal colaborador de su padre -hombre acusado de múltiples asesinatos a enemigos políticos y población indefensa- y la líder visible de la izquierda opositora -sospechosa de vinculaciones con grupos terroristas-.
A partir de este momento el montaje cambia. Pues, deja de lado al coro y su información sobre el contexto, para enfocarse en las pugnas entre los dos rivales políticos. De esta manera, se suceden una serie de escenas donde los contendores planifican y ejecutan sus acciones de debilitamiento del enemigo, hasta llegar al triunfo final de uno de ellos.
Esta estructura, que viaja de una ‘mirada panorámica’ a una más focalizada -un ‘zoom in’– en los personajes, facilita la comprensión del contexto y el desarrollo de la anécdota de la obra. Sin embargo, ‘Tito’ presenta problemas de contenido. Y es que el lenguaje de los personajes -y también el de algunas situaciones- es bastante cercano a la caricatura. Así, el líder militar es un hombre desalmado, que vive en la impunidad total, no muestra dolor y repite frases cliché sobre sus enemigos políticos (“hay que matarlos desde chiquitos para que no sean terroristas” (*), por ejemplo); la líder de izquierda repite frases panfletarias y lugares comunes; y el heredero del dictador no solo es débil políticamente, sino también pusilánime al extremo.
Estas características de los personajes, si bien pueden ser útiles durante la ‘mirada panorámica’ -discursos políticos a la prensa, contextualización de la anécdota- dejan de serlo cuando se pretende mostrar hasta donde está dispuesto a llegar cada uno para conseguir su objetivo. Pues, pese al ‘zoom in’ que expone a cada personaje en su cotidianidad, estos no muestren conflictos internos sólidos frente a su accionar. Ello genera que, ante la ausencia de dudas y la reiteración de comportamientos, las peripecias se vuelvan predecibles.
‘Tito’ es un montaje que apuesta por una estructura dramática efectiva. Se vale de tres mesas para componer una escenografía minimalista que, por medio de la simetría y el volumen, propone una estética de control y autoridad. Además de ello, la austeridad de elementos dinamiza los cambios de escena favoreciendo al ritmo del montaje. Su diseño lumínico aporta y fortalece a la sensación de control dictatorial y de confabulación política.
Sin embargo, las debilidades del texto no permiten redondear con solidez la propuesta. Y si bien invita a interpretar la propuesta como una parodia -al coquetear con la realidad política local- no queda clara la dirección hacia donde ésta apuntaría.
(*) El entrecomillado no corresponde al texto de la obra. Se ha reproducido el sentido de la frase.
(**) Imagen tomada de aquí.
Dirección: Sebastián Eddowes y Gean Pool Uceda.
En escena: Carlos Victoria, Anahí de Cárdenas, Marco Miguel Ravines, Sebastián Rubio, Adriana Cuba, Javier Saavedra.
Dramaturgia: Sebastián Eddowes y Gean Pool Uceda.
Asistencia de dirección: Danna Ben Haim.
Composición musical: Gabriel de la Piedra.
Diseño de iluminación: Nelson Morales y Gean Pool Uceda.
Diseño de vestuario: Pedro Blassia.
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