Durante la última semana de septiembre la Especialidad de Danza de la Facultad de Artes escénicas de la PUCP realizó el Encuentro Andanzas 2017. Presentaciones escénicas, ponencias y talleres fueron parte de la dinámica del evento.
Uno de los encuentros con los estudiantes fue el ofrecido por Germán Jauregui titulado ‘Técnica contemporánea y herramientas para el partnering’. Bailarín, coreógrafo, director y pedagogo, este artista español -quien labora desde hace casi veinte años con la Compañía belga ‘Última Vez/Win Vanderkeybus’- compartió su trabajo con alumnos del cuarto y quinto año de la especialidad de Danza a través de un taller de cinco días.
Por medio de una sencilla secuencia de posiciones, que son utilizadas para los procesos de calentamiento y estiramiento, Jauregui ofrece los principios de sus dinámicas de movimiento. Así, extensión y contracción, caída y recuperación, peso y retorno, se convierten en el motor de la gestación de traslados, saltos y caídas.
Didáctico y exigente, el trabajo de Jauregui aporta una mirada especial sobre la danza y el movimiento, dentro del diverso panorama que el Encuentro Andanzas ofreció.
Advenedizo Digital pudo conversar con este artista español acerca de sus dinámicas de trabajo en clase y sus procesos creativos.
Advenedizo Digital (ADVZ): ¿Cómo defines el partnering?
Germán Jauregui: Lo que yo entiendo por partnering es el trabajo en parejas, el trabajo en contacto con otra persona. Es el trabajo de dúos, de tríos, de contacto, bajo la premisa de que no bailas solo, bailas con alguien.
Es otra técnica que viene desde hace mucho. El tango también es partnering, los bailes de salón también son partnering. El que yo propongo es dentro del contexto de la danza contemporánea.
ADVZ: En el curso que dictaste incidías en el uso del contra impulso, el uso del propio peso, ¿de dónde surge esta investigación?
Germán Jauregui: Estas son herramientas, son instrumentos, que me dan acceso a una forma de moverme, de desplazarme en el espacio. Son técnicas que facilitan el movimiento y le dan una calidad concreta; que es no usando la fuerza muscular sino otro tipo de dinámicas.
Eso surge de un análisis de años. Probando, bailando, estudiando, analizando y descubriendo como puedo dosificar más la energía o que la calidad me permita ir más lejos.
Constantemente voy descubriendo nuevos métodos, nuevas herramientas. Y es el propio trabajo el que te lo va dando. El propio análisis. Cuando trabajas, cuando das clases -si tienes una visión analítica de lo que haces, si estudias buscando el por qué, el cómo- vas poco a poco logrando entender e ir afinando cada vez más.
ADVZ: ¿Estas búsquedas te acompañan desde tu formación como bailarín?
Germán Jauregui: Yo no estudié danza, estudié teatro. En la escuela que habían en Bilbao, de donde yo soy, tenían cursos de movimiento, expresión corporal, danza, aunque muy poco. Yo empecé a buscar clases de danza, de improvisación en los pocos espacios disponibles. Digamos que mi formación ha sido el trabajo y lo sigue siendo.
ADVZ: En las clases hablabas mucho de economizar la energía, de no cargar el músculo, ¿es eso posible?
Germán Jauregui: Por hábito, cuando hacemos una acción la mayoría de las veces usamos la fuerza; y eso se refleja en como bailamos. Estamos acostumbrados a hacer las cosas por fuerza.
El problema es que la fuerza es limitada. Cuanto más usas menos tienes. El moverte por fuerza de forma muscular afecta a la calidad de movimiento, a lo que transmites cuando bailas.
A veces la fuerza es necesaria, es importante y a veces no. Entonces hay que tener la libertad para usarla fuerza o no. Por lo tanto hay que tener los mecanismos para moverte no usando fuerza. Es posible moverte, bailar, dentro de diferentes cualidades, sin tener que depender de la fuerza.
ADVZ: También insistías en el concepto del encuentro con el límite.
Germán Jauregui: Cuando yo llevo mi cuerpo a un límite, éste me da acceso a otra forma de moverme. De ello surge, por ejemplo, a la idea de rebote, o la posibilidad de una espiral muy fuerte.
Ahora, el límite es una idea en la que se puede trabajar de dos formas. Físicamente, con el ejemplo de conseguir un rebote. Y también está el límite de una manera sicológica, más como idea. Es ver el límite no como un muro que te bloquea, sino como un desafío para superar.
Entonces, en el trabajo es bueno ponernos límites que nos permitan ir más allá, superarnos. Me parece que trabajar con el límite es interesante porque constantemente estás buscando una salida, una superación, un camino. Sales de una situación cómoda donde no hay riesgos ni desafíos. Introducir el límite en el trabajo es positivo porque te activa te despierta te hace reaccionar.
ADVZ: Mencionarte también la necesidad de trabajar las intenciones. De llenar la mirada del público de esa intencionalidad.
Germán Jauregui: En las clases digo que todo lo que hacemos es forma, pero no todo está lleno de intenciones. Entonces, lo que propongo a la clase es que nos acerquemos a las sensaciones, a las intenciones, y, desde ahí, nos acerquemos a la forma.
Lo contrario sería atrapar una forma, copiarla de manera artificial; reproducir una forma vacía de intencionalidad. Y en ese caso, yo, como espectador, como bailarín, como coreógrafo, veo una diferencia.
ADVZ: ¿Y aquello de que la coreografía es una respuesta a una pregunta?
Germán Jauregui: Para mí el trabajo se trata de un dialogo. Lo que propones debe ser una respuesta a algo; al mundo, a la sociedad en la que vivimos. Nuestro trabajo tiene que ser una respuesta a todo eso. Pero para el público debe significar una pregunta. Si al espectador se le da una respuesta se crea una distancia. Yo creo que el espectador debe hacer el ejercicio de buscar una respuesta. Hoy creo que el espectador no es el que mira el espectáculo, el espectáculo debe mirar al espectador.
ADVZ: ¿Tus compromisos con la Compañía te dejan tiempo para hacer tus propios trabajos?
Germán Jauregui: De tanto en tanto puedo hacer mi trabajo. Continúo una búsqueda, buscando enriquecer mi lenguaje, acercándome a lo que considero esencial. Y es un camino a recorrer.
Como decía Cortazar: “cada libro que escribes no es un libro más, es un libro menos”. Creo que cada paso que das, cada trabajo que haces debes irte acercando a algo que es esencia, hasta llegar a esa pieza ideal que nunca vas a lograr. Es la búsqueda de ese ideal.
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