‘Blam!’ es el nombre del espectáculo que la compañía danesa ‘Kristján Ingimarsson Company’ presentó en el XV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá.
Tomando como premisa la monotonía de las labores en una oficina, ‘Blam!’ muestra a un grupo de trabajadores que tratan de encontrar en el juego y la fantasía un espacio para salir del aburrimiento.
Este espectáculo se vale de la gran destreza física e interpretativa de sus actores; quienes, sin hacer uso de la palabra, muestran con humor, acción y ternura las distintas relaciones entre los personajes.
Además de ello, se apoyan en un profundo trabajo de investigación de los elementos, lo que permite que cualquier útil de oficina – lámparas, engrapadoras, archivadores, teléfonos – tenga la posibilidad de convertirse en un pretexto para jugar y crear escenas fantásticas. No puede dejar de mencionarse el aporte de la escenografía; la cual pasa de lo funcional – oficina distribuida por medio de cubículos – a lo espectacular – cuando el segundo nivel se eleva -.
‘Blam!’ juega con los referentes culturales de occidente: el trabajo de oficina, la competencia masculina por los liderazgos, la distancia entre jefes y empleados y la presencia de personajes de acción de las películas de Hollywood.
Advenedizo Digital conversó con Kristján Ingimarsson, actor y director de la compañía.
Advenedizo Digital (ADVZ): ¿Cómo surge el interés en el teatro físico y en el humor?
Kristján Ingimarsson: Vengo de una pequeña ciudad del norte de Islandia. Mi madre era peluquera y mi padre carpintero. Cuando estaba en el colegio nunca se me ocurrió que podía ser un artista o un director, pero cuando era chico siempre era el ‘payaso’ de la escuela. Así que cuando tuve 21 años recién me puse a pensar ‘bueno, ¿que voy a hacer con mi vida?…tal vez solo voy a divertirme’ (risas).
Hacer teatro físico surgió como algo natural (cuando era chico me la pasaba escalando, siempre estuve en contacto con mi cuerpo). Cuando me mudé a Dinamarca con mi esposa mi danés no era tan bueno, así que me puse a hacer teatro físico (risas). De alguna manera nunca estuve muy interesado en el teatro ‘normal’. Me gusta el movimiento y las imágenes y me gusta crear desde ahí. Me encanta la comedia física, la danza, los dibujos animados de acción. Hago una mezcla entre teatro experimental y teatro físico o de imágenes.
Hacer teatro físico surgió como algo natural (cuando era chico me la pasaba escalando, siempre estuve en contacto con mi cuerpo). Cuando me mudé a Dinamarca con mi esposa mi danés no era tan bueno, así que me puse a hacer teatro físico (risas). De alguna manera nunca estuve muy interesado en el teatro ‘normal’. Me gusta el movimiento y las imágenes y me gusta crear desde ahí. Me encanta la comedia física, la danza, los dibujos animados de acción. Hago una mezcla entre teatro experimental y teatro físico o de imágenes.
ADVZ: ‘Blam!’ señala el aburrimiento de una oficina, ¿Cuál es el lado aburrido de la vida como artista?
Kristján Ingimarsson: En mi trabajo lo más aburrido es ser el productor de mi propio espectáculo. Eso implica estar sentado en la oficina, enviando correos, coordinando horarios de ensayo, buscando dinero, haciendo presupuestos…pero alguien tiene que hacerlo. Normalmente la mayor parte del tiempo la paso en una oficina planeando, escribiendo, produciendo y solo un veinte por ciento es el trabajo artístico en una sala de ensayos.
ADVZ: ¿Esa fue la razón para plantear un espectáculo en una oficina?
Kristján Ingimarsson: La obra sucede en una oficina porque es un lugar donde la acción física está controlada. Por eso pensamos que era un buen lugar para hacer una obra de mucha acción. A mí me gusta ver mucha acción – como las de las buenas películas – en el escenario; y las oficinas son cubicas, están basadas en estructuras, en reglas…por eso resulta interesante romperlas.
ADVZ: ¿Cuánto dura normalmente el proceso de creación de una obra?
Kristján Ingimarsson: Organizar la idea de un espectáculo puede tomar mucho tiempo, quizá años. Pero el trabajo en escena toma pocos meses. Porque el trabajo se ha ido preparando, creando. Suelo llegar a los ensayos con ideas de escenas, de personajes, de situaciones; y el trabajo con los actores me termina diciendo hacia dónde ir.
Realizamos las improvisaciones y cuento con el apoyo de un director adjunto que puede mirar desde afuera del escenario. Yo dirijo hasta cierto momento y luego me dedico exclusivamente a actuar.
En cuanto al proceso…suelo trabajar hasta antes del estreno (risas), todo depende del tiempo y del presupuesto.
Realizamos las improvisaciones y cuento con el apoyo de un director adjunto que puede mirar desde afuera del escenario. Yo dirijo hasta cierto momento y luego me dedico exclusivamente a actuar.
En cuanto al proceso…suelo trabajar hasta antes del estreno (risas), todo depende del tiempo y del presupuesto.
ADVZ: ¿Cuándo notas que el proceso ha llegado a su fin, que una idea no se debe desarrollar más?
Kristján Ingimarsson: Pues eso depende de muchos factores. Por ejemplo, cuando trabajas con ideas de películas las posibilidades son muchas. Entonces tienes tantas ideas que debes saber cuándo cortarlas y cómo aportarán a la historia general. La idea es encontrar un balance entre la acción, el humor y la historia.
ADVZ: ¿Cuál es la formación de los actores de la compañía?
Kristján Ingimarsson: En el grupo somos artistas de distintas formaciones. Tenemos actores más clásicos, otros que vienen del circo, de la danza. Todos somos de diferentes contextos, experiencias y con diferentes maneras de interpretar. En esta obra hay cuatro personajes, pero somos diez los actores que podemos interpretar el espectáculo.
ADVZ: ¿Cómo ha funcionado esta obra con público de diferentes partes del mundo?
Kristján Ingimarsson: Nosotros queremos mostrar las estructuras sociales y las relaciones humanas a partir de situaciones cotidianas. Así que la propuesta de trabajo físico que hacemos no es abstracta, por ello es muy fácil de seguirla y nos suele ir bien con públicos de diferentes países.
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