El Festival Internacional de Teatro Temporada Alta ha llegado a su tercera edición en la ciudad de Lima. El Gran Teatro Nacional, el ICPNA de Miraflores y, en especial, la Alianza Francesa son las sedes en las que se vienen presentando la programación.
Las obras -nueve internacionales y una local- destacan por la calidad de sus propuestas y por la variedad de sus abordajes temáticos y estéticos. Unipersonales, creación colectiva, teatro físico, danza, entre otros lenguajes, componen el amplio panorama que el Festival ofrece.
Una de las obras que se presentó durante el primer fin de semana fue ‘Pluja’ -lluvia, en catalán-, dirigida por Guillem Albà; quien, junto a la pianista Clara Peya, protagoniza el montaje.
EL ‘Pluja’ se encuentra un delicado cruce de lenguajes donde la interpretación musical en vivo dialoga con el humor, la pantomima y la manipulación de diminutos objetos. Albà y Peya construyen, a través del amplio manejo de sus técnicas artísticas, un espectáculo delicado y entrañable.
Advenedizo Digital conversó con Guillem Albà acerca de ‘Pluja’, sus anteriores procesos creativos y el ánimo por el cruce de lenguajes.
Advenedizo Digital (ADVZ): Al iniciar ‘Pluja’ se pone el acento en la necesidad de ‘parar el mundo un momento’. ¿Para qué hay que parar hoy?, ¿para qué vale la pena hacer teatro hoy en día?
Guillem Albà: La gente ya sabe a qué viene. Sabe que vamos a contar algo para ellos y que no volverá a pasar nunca más. Ya se sabe que esa es la gracia del teatro.
Pero me gusta hacerlo evidente pues uno de los problemas más grandes en el mundo es la prisa. Hay que ir rápido, hay que producir. Hay que estar conectado, hay que correr. Entonces, pongo en evidencia que en este momento vamos a hacer algo solo para ti y tratar que la gente valore un poco más esta cosa bonita del teatro.
Y luego, con la risa, la emoción, el cerebro respira de la prisa, de los problemas, de las cosas malas. Y creo que eso es necesario para dar un masaje a la emoción. Para intentar que la gente salga un poco más abierta.
ADVZ: Al revisar tu página web se encuentra mucha diversidad en tu trabajo. ¡Cómo han evolucionado las temáticas y las estéticas que te interesan?
Guillem Albà: Yo tengo como base el claun, el payaso. Cuando descubrí al claun entendí la gracia del teatro. Pasó de una cosa que puede ser un poco más egocéntrica -aunque siempre haya algo de eso- a entender que se trataba de dar y dar. Entendí que se trataba de dar a la gente, de intentar curar a la gente, con el claun y con la risa.
Pero, además, el claun también puede emocionar. También es poesía.
Entonces, en algunos espectáculos trabajo el claun directo: dar energía, dar alegría, que la gente no piense nada y simplemente ría y ría. Ese es el único mensaje que voy a buscar ahí. Y hay otros trabajos -como ‘Pluja’- donde hay un poquito de humor y buscamos más la poética. Es llegar a la emoción desde otro lado.
Me gusta ir mezclando estas dos partes, de la risa y la poética. Y es que, de golpe, cuando ríes y entra el drama -o viceversa- impacta mucho más.
ADVZ: En estas ganas de mezclarse que mencionas ¿qué es lo prioritario?, ¿la voluntad de la mezcla?, ¿las ganas de probar?, ¿qué es lo que te guía o motiva?
Guillem Albà: Empieza al preguntarme qué ya le he dado al público y qué me apetece dar. Me imagino qué es lo que quiero que la gente sienta, o me pregunto qué quiero que diga la gente al salir. Me imagino unas cuantas cosas y voy buscando. A veces hay un tema, otras veces no.
Por ejemplo, ‘Marabunta’ -el más reciente espectáculo- está compuesto de gags en un formato tipo cabaret. No va sobre una temática. Pero en ‘Pluja’ me imaginaba algo muy delicado, contenido, pequeño…y otras cosas que no son fáciles de decir en palabras.
El espectáculo nuevo que estoy preparando pienso que debe ir sobre la prisa, sobre lo difícil de parar, sobre querer más y más, sobre estar sobre conectados. Y a partir de ahí veremos que saldrá.
ADVZ: El proceso de ‘Pluja’ es algo inusual. ¡Ha durado un año!
Guillem Albà: De donde vengo hay -generalizando- dos tipos de teatro. Uno comercial y uno independiente.
A la forma en la que trabajo se le llama teatro de creación o teatro de compañía. Y es la que he aprendido de mis padres, quienes que se dedican a esto desde hace 44 años. Ellos llevan obras de repertorio y son los productores de su propio trabajo: piensan que quieren contar y como lo quieren contar.
Ese es el teatro que a mí me gusta. Y hay poco, ha ido desapareciendo. Han ido apareciendo más productoras de lo que llamo ‘comercial’. En esos casos se contrata gente, se hace la obra y luego ésta muere. Funciona de esta manera ya que el dinero está un poco por delante del querer hacer. Entonces se ensayan las cosas más rápidas, en pocos meses, porque si no es muy caro.
De la manera en que lo hacemos nosotros, donde no estoy cobrando mientras ensayo, puedo trabajar un año, o tres meses. En ‘Pluja’ quisimos hacerlo tranquilamente, sin tener prisas. Fue para estar convencidos de cada paso que dábamos. Básicamente es para disfrutar del proceso y no sufrirlo. Si te lo puedes permitir, creo que es necesario.
ADVZ: ‘Pluja’, además, tiene un formato de duración breve.
Guillem Albà: El espectáculo dura 40 minutos. El primer espectáculo que hice, como era un solo, me dijeron que tenía que durar una hora o una hora y diez. Y me pregunto porque tiene que durar una determinada cantidad de tiempo.
A veces me pregunto si los espectáculos deben durar tanto como para sentir que, por ejemplo, puedes parar el mundo de alguien por dos horas. ¿Es tan bueno un trabajo durante las dos horas?
Ahora, en el circuito comercial te pueden cuestionar que dure 40 minutos. Pero yo no creo que paguemos cultura por el tiempo. Si compras una fruta no importa si te la comes rápido o lento. Es como la experiencia de comer una ciruela, o un bombón. Que puede ser pequeño, pero puede ser muy bueno.
ADVZ: En este tipo de procesos de creación ¿Cuándo se sabe que el trabajo está listo?, ¿cómo se toma esa decisión?
Guillem Albà: Es una pregunta muy difícil en todo, en la vida también. En la vida son mil decisiones, en lo artístico son mil decisiones también.
Por ejemplo, yo pinto como hobby. Y como no tengo técnica siempre me pregunto cuándo paro, o si le sigo poniendo más cosas o más colores…y no sé nunca cuando parar. Supongo que cuando conoces la técnica tienes más intuición o sabes lo que estas buscando.
En el teatro, tienes las técnicas que has estudiado y las que desarrollas trabajando. Luego, cuando estás creando vas tomando decisiones, escogiendo las cosas en función a lo que buscaba al inicio, o por intuición, o por lo que vas encontrando. Pero nunca sabes qué pasa si eliges otras decisiones.
ADVZ: ¿Cómo te organizas para dirigir tus trabajos?, ¿siempre trabajas en equipo?
Guillem Albà: En cada espectáculo ha sido diferente. En el primer espectáculo tuve un director que había sido mi maestro. Me ayudó a conseguir lo que estaba buscando y me dejé llevar por él. Luego trabajé con otro director.
El tercero lo dirigí yo. Antes había dirigido a otra gente, pero nunca mis propios proyectos. Salió algo un poco más personal. Encontré esta cosa poética que antes no había surgido. Y el último mes de creación le pedí a un artista -que era dramaturgo y director- que me acompañara con una visión externa.
En ‘Pluja’ puse gente afuera que iba proponiendo cosas y me ponían retos. La creación fue entre todos y yo fui dirigiendo hacia donde quería ir, pero con esta visión externa muy necesaria.
Con más gente salen más cosas. Aprendes. Te pones en situaciones que no te pondrías. Creo que es muy importante mezclarse con otra gente. Te dejas llevar por quien que piensa diferente, por quien mira desde otro sitio.
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